Da la casualidad de que esta semana han aparecido varios discos que han traído a la Mj del pasado al día actual. Cambiamos gustos, cambiamos perspectivas, pero ¿le seguiría gustando a tu yo del pasado las mismas cosas ahora? ¿Qué sobreviviría a esa evolución? Una sólo renuncia a escuchar cosas cuando los autores demuestran ser unos auténticos gilipollas, pero para el resto, no tiene reparos en reencontrarse, unas veces más acertadamente que otras. Así que aquí va la mirada al pasado, al presente y al futuro.
MVP: Ni cotiza que la Mj de 2008 hubiera bebido los vientos por estos There will be fireworks. Escoceses de indie guitarrero con alguna pincelada a los killers por aquí, con otra a the national por allá. Este disco también habla del paso del tiempo y es el primero de la banda en diez años, así que sirva para ilustrar ese paso de hablar de la juventud y sus misterios a la edad adulta y sus vaivenes.
Todo esto, claro, al hilo del disco que ha editado Semisonic. ¿Quién eras en aquel 1998 en el que no paraba de sonar Closing Time, Secret Smile o -la buena, en realidad- All Worked Out? Ellos no son los mismos, claro, pero la base se sigue sintiendo en cada canción. Un disco sin pretensiones, con amigos, ligerito de escuchar y con alguna cosa que despunta. No lo considero dentro del cucu-trás porque no creo que lo hayan hecho para sacar panoja. Pero nos ha puesto muy contentas este regreso, strange, but you’re feeling fine.
2016 en general y aquel verano en particular fueron de los peores de mi vida. El único hiato que recuerdo fue un viaje con una amiga por Escocia (siempre Escocia) con el último disco de King Creosote sonando en el coche de alquiler. Nos gustó tanto que incluso desviamos la ruta para pasar por su pueblo. Solía editar tropecientos discos en un sello pequeño que sólo podías comprar si pasabas por allí pero ahora ha dejado pasar 7 años entre aquel disco y este. Mantiene la marca de la casa, todo aquel drama pasó, pero sus canciones siguen siendo medicinales. Ojo, además, a la maravilla audiovisual que ha creado para ilustrar los temas, de la mano de los portugueses de Studio Sparks.
Habituales en Sanremo y adalides del indie italiano, Colapesce, Dimartino editaron su primer album el año que viví en Italia, 2012. Sólo por eso los tendría siempre en mi equipo, pero coincide que sus canciones de dreampop electrónico son bastante adictivas, así que no me queda más remedio que dejaros por aquí al que han llamado “el David Byrne siciliano”.
Me he puesto tanto en estos años el disco de synth pop de 2014 de Kevin Drew ( ¿te suena el nombre? es uno de los cofundadores de Broken Social Scene) que, aunque hubo otro disco en medio, este “Aging” me parece la evolución perfecta, más repensada y reposada. Son las mismas las líneas las que trazan sus dibujos, pero en un giro distinto de muñeca.
Terminamos este viaje en el tiempo con el mismísimo 2023. bar italia editaron este mismo mes de mayo uno de los discos del año, daban en junio uno de los conciertos del año (sala pequeña, actitud de perdonavidas, lo más de lo más) y ya para cerrar el círculo editan otro disco, más “alegre” (me río sola escribiendo esto) que el anterior y opositor otra vez a entrar en lo mejor del año. Fun fact! Lo han grabado en Mallorca porque why not.
Están este mes por aquí girando y ojalá me hicieran a mí alguna vez promo como ClapYourHeads les hace a las Fin del Mundo. Postpunk, portadón, Patagonia. Todo cosas que nos flipan en un disco que, obviamente, nos ha flipado.
Pocas cosas me enfadan más que coincidir en algo con la Pitchfork. Esta semana han estado listos y le han dado el best new music a estos Hotline TNT que cogen un poco el relevo hardcoreta de los Turnstile y le plantan un disfraz de franela con algo más de grunge y alguna traza de shoegaze. Era imposible no estar de acuerdo.
De cenizas de Brockhampton, entre otros, resurgió Kevin Abstract pegando un volantazo. Es gracioso que este pueda ser uno de los mejores discos de indie del año (qué hubiera pasado si bar italia e yves tumor hubieran colaborado) si miramos hacia atrás, aunque no se le puede poner un pero a ninguna de estas canciones, deja a un lado tus prejuicios y sumérgete, por ejemplo, en esta que va directa a la lista de canciones del año.
42 oyentes, el sentido de la vida, son los que tienen Walkabouts es spotify. Supongo que 39 de su Austin natal entre tíos, amigos y primos y los otros tres, los miembros del Sanedrín. Pero es que son los genios de esta semana de la manta en el desierto, el mirar a las estrellas y el dejarte llevar por solos de guitarra oscuros y psicodélicos y con eso ya han ganado su puesto aquí.
Dudo bastante que haya metido un dólar en el algoritmo, pero es cierto que este disco de Laura Veirs es el que más ha sonado esta semana al darle al aleatorio. La calma entre la vorágine, la belleza en una borrasca. Okupa el algoritmo siempre que quieras, Laura.
Lo más shoegazero esta semana vienen de aquí al lado, mira tú. Bum Motion Club aportan las guitarras desdibujadas, la niebla, y unas letras bien construidas que nos dejan con ganas de más canciones y de verles en directo, a oscuras.
Tenemos un dealer de countryfolk y americana que donde pone el ojo (finés) acierta siempre. Desde bien temprano esta semana anda dándole vueltas al disco de Andrew Bryant y, claro, nos ha bastado poco para convencernos. Secciones de viento aportando frescura a canciones puramente domingueras.
Es año de guitarras, ya no cabe duda. De todas las clases, como estas setenteras de R.M.F.C (Rock Music Fan Club, duh) que aportan exactamente lo que su propio nombre indica. Un poquito de garage, un poquito de punk, un poquito de jangle, un poquito del sol de Australia. La suma de los poquitos que hace un disco grande.
Y guitarras como las que Ill Peach usan para ilustrar su dreampop del lado más punk del espectro. Me gustan bastante estos primeros discos que parecen un salto al vacío como debut pero que están mejor planteados y trabajados que muchos otros con bastante carrera detrás. Hablábamos del pasado pero mira, aquí miramos al futuro y las canciones que lo compondrán.
Y con ese mismo motto, ya ves, hablemos de una banda que se separó en los 90s en el pico de su carrera shoegazera y que han vuelto al redil este año, esta semana, siendo nuevos para nosotras que, bueno, en 1992 estábamos a otras cosas (aprender a dibujar a Cobi y Curro). Nunca es tarde si el temazo es bueno, así que bienvenidos de nuevo, Drop Nineteens.
Si el cantante de Cymbals eat Guitars edita disco en solitario bajo el nombre de Empty Country, POR SUPUESTO que le hacemos hueco. Canciones inmediatas, como bofetadas, una marimba por aquí, una campana budista por allá, un órgano eclesiástico y mucho mucho rock. A favorcísimo.
La follower que tengo en conocidos de Liza Anne es Lucy Dacus, lo cual ya dice bastante de elle. También que va a telonear a Torres en su tour del año que viene. Era bastante difícil que estas canciones guitarreras de autodescubrimiento y comprensión no nos llegaran.
Como las de Natalie Madigan y su “pop psicodélico angelical” Hacen falta más aspirantes a divas del pop, la verdad. Natalie llega desde Nashville, con todo lo que eso supone musicalmente y ojalá pulse las teclas adecuadas porque estas canciones son lo más, ya quisiera lanadelrey haberlas escri(se la llevan).
Ni se llama Ian ni le gusta que le digan Sweet, pero si tenemos que hablar de nuevas divas del pop en ciernes, Ian Sweet entra con sus guitarras indies a arrasar con todo. Del bedroom pop al estadio, esperamos, apostamos.
Esperando que llegue el futuro para hablar de estos discos del pasado que nos marcaron y entretuvieron, ha quedado una semana completísima, la verdad entre revivals, noveles y canciones a las que tirarles corazones. Así se afronta el lunes de otra manera, joder. Cuida tus recuerdos, cuida de los recuerdos que vendrán. Cuídate. Cuida de la Sanidad Pública.