Dopamina, endorfina, vitamina D. Este fin de semana me ha dado el sol más de la cuenta y eso significa que, cuando llegue diciembre, en la lista de mejores discos del año la quinta semana del año aportará bastante. Muchas de las canciones que están en la playlist de esta semana han pasado a favoritas directamente. Me he traído el portátil a una playa portuguesa -ventajas de vivir en la frontera- y tengo que dejar salir a la emelover más turrera, lo siento. Hasta me ha costado elegir el MVP de la semana porque ha habido cuatro discos que lo merecían. Me preguntaba Rui el otro día si La Turra volverá a twitter y, aunque lo dudo bastante, sí que ha sido ahí donde he encontrado la solución: ha ganado el voto emoscópico (not sorry).
MVP: Pues resulta que está el emo estos meses en plenísima forma, fuera de aquí y, mira, en españita también, que para eso lo habéis votado. Atención Tsunami, la resignificación del emo: la versión spoken word más poética lo tiene todo: nombrazo, portadón, canciones de las que copiarías cada verso en una pared y fans acérrimos. Con razón.
Los petunios: Un día en la radio os explicaré bien qué significa el término y qué abarca. Pero de manera muy resumida, uno de los discos estrella de esta semana es el de Kirin J. Callinan, a quien no conocíamos antes del viernes y que ya es nuestra persona favorita. Es, vaya, australiano y sin despeinarse te mezcla LCD Soundsystem, Patrick Wolf y Spandau Ballet. No podemos estar más a favor.
Una verdadera reina ha aparecido de la nada y nos ha ganado canción a canción. La emoción que desprende Vera Sola sólo puede incluirse en la etiqueta “serving cunt” pero la verdad es que merece la pena mirar el resto: ghost folk, haunted cowboy, 60’s twisted pop. Atrévete a contarme que no te ha puesto cualquier canción los pelos como escarpias.
Nuestro Mr E. patrio se llama Yuri y viene de León. Los más viejos del lugar recordarán a Pájaro Sunrise, los más nuevos tienen la suerte de conocerle ahora. Si quedamos en 2023 fue el año de la vuelta de las guitarras, podemos empezar a decir que 2024 parece ser el año de la vuelta de la belleza por la belleza.
Decía Gustavo Iglesias hace no mucho sobre The Last Dinner Party que son lo que pasaría si Florence and The Machine se paseara por el postpunk. Bastante de acuerdo con esta frase para un disco hypeado desde hace tiempo y una banda a la que me muero de ganas de ver en directo (ni olvido ni perdono que me cancelaran en Paredes de Coura el verano pasado).
En este juego de “qué pasaría si” tenemos también esta semana al grupo “Qué pasaría si Tulsa (musa entre musas) se barnizara de pop puro” Y el resultado son Joder Juan a los que no sabemos si les falta una coma pero, desde luego, les sobran temazos.
Excuse me, what? Mi pensamiento con el disco que han editado esta semana Kula Shaker. Se ve que se han metido en una máquina del tiempo y de sus 90s han ido a los 60s y se han traído lo mejor de cada casa de esa década en cada canción. Y qué canciones. La elegida entra desde ya al top 3 de canciones más escuchadas del año, Biga band, coros, pop, brillo por todos los lados. Psicodelia en el espectro más amplio de la palabra.
Tenemos gamberra de la semana: la solista de Rick Rude te saca del mood siesta continua del domingo en 10 segundos y los riffs de sus compañeros hacen el resto: mucho ruido, toneladas de energía, quién dijo que mañana es lunes.
A Jeen le venimos dando likes desde que la turra existe y esta vez ya nos ha terminado de enamorar, también a base de guitarrazos, con este Gold Control, pop rock directo y efectivo desde Canadá.
No termina nunca el juego de las portadas en blanco y negro: Topographies la han usado esta semana para ilustrar, como debe ser, un discazo de postpunk shoegazero que contrasta con su origen californiano.
Pero California es California y a una portada en blanco y negro con música en ídem, le sigue una portada a todo color con canciones de colorines. Indierock optimista el de Same Side, al que tendrá que recurrir cuando entre la lluvia esta semana y, con ella, the bajonest.
Me ha flipado la narrativa que esconden las canciones de Holly Macve. Es curioso que me cueste tanto que me guste Lana del Rey cuando me gusta mucho la música que sale de su influencia (literalmente, hay un dúo con ella en este EP). Costumbrismo, emoción, una diva en ciernes.
Casi me ha parecido que una IA me ha plantado el disco de The Miserable Rich: esa portada de los árboles alrededor de Sagres, el hecho en sí de ser de Brighton, el perfeccionismo de su chamber pop y el ‘Stages of grief, PTSD, Anxiety, ADHD. At least you see now you and me can say that we have letters after our names’ de esta canción que me ha hecho muchísima gracia como buena millennial que soy.
La escena nacional está de enhorabuena. Se hace mucho y se hace muy bien. Y los spin off de nuestros grupos de cabecera aparecen de repente para reclamar su puesto de honor. Es el caso de Ripoll. Que estuvo en Hazte Lapón (<3) o en Alborotador Gomasio. Que tiene una agenda llena de nombres con los que redondear las canciones que nos trae esta semana.
Siguiendo la linde de la belleza, Alexei Shishkin se marca un triple (qué portada) y disfraza de fácil un dreampop lo-fi con muchas capas instrumentales y vocales, orfebrería.
Tanto la voz como los riffs de J Mascis (leído /máskis/, gracias, Yellowjackets, por solucionar ese misterio) forman parte de tu vida. En sus discos en solitario le gusta bastante dejarse llevar por su cara más amable y cada canción suena familiar. Un lugar común al que volver.
Veréis, la cosa con The Thing (pun intended) es que hacen las canciones que os hubiera gustado que hicieran en 2024 los Arctic Monkeys. Lo cual es: bueno. Sé que defenderás sobre todas las cosas lo que haga Alex Turner porque ese es su superpoder, pero no pasa nada porque reconozcas que este disco te gusta. Mucho.
Klemens Hannigan es islandés, suponemos que más de la parte volcánica que de la glaciar. Evocador, sugerente, envolvente. Un pop de raíces profundas, rozando el soul y el R’n’B y dejándonos enganchadas a su voz.
Abrimos con emo y cerramos con emo. Pero emo Noruego. Emo indiepop bastante lírico que se nos ha metido en favoritos, un disco escrito desde el frío y escuchado bajo el sol. Un concepto redondo, el de Flight Mode.
Queríamos que terminara enero y ya tenemos encima al mes más corto del año, que ha empezado con una ola de calor dejando atrás al invierno y adelantando la primavera. No durará mucho y es el presagio de algo no muy bueno, pero, por un rato, hagamos como que todo irá bien. Cuídate. Cuida de la Sanidad Pública.