Un año más, sirva esta Turra Extra para reivindicar la música del país vecino, que no termina de cuajar por aquí pero mira, nos da lo mismo, seguiremos insistiendo hasta que nos deis la razón, porque la tenemos. Si te parecen repetitivos los carteles de los festivales patrios, mira los de al lado: quizá te interese más lo que ves allí.
Pluralizo porque quiero aprovechar este año que no tengo límite de 240 caracteres para recordar que el blog de Mindies sabe de este tema más que nadie. Cada año me enfado con su lista porque no se parece a la mía (la belleza de la diferencia de criterios, claro), pero este año además me han puesto facilísimo la elección del MVP: dudaba entre dos y, por seguir la tradición de no estar de acuerdo, he elegido el contrario al suyo.
MVP: Filipe Sambado - Três anos de Escopião em Touro: Filipe Sambado es el presente y el futuro de la música portuguesa. Fado, hyperpop, lofi, electrónica. Todo cabe y todo encaja. Un disco que te atrapará desde el minuto uno. Nuestro favorito del año.
Glockenwise - Gótico Portugués: El accésit de esta lista. Con un estilo propio de indierock psicodélico, el cambio de inglés a portugués de la banda les sienta fenomenal y firman el discazo que os traemos. Tradición e innovación y número uno merecidísimo en la mayoría de las listas que os encontréis.
Expresso Transatlântico - Ressaca Bailada : Calexico a Lagareiro . Uno de los conciertos más divertidos en los que he estado este año. Uniendo a jóvenes, mayores, españoles, portugueses, público y hasta los camareros. Suenan a frontera, a camino, a lugares comunes.
Rita Vian - SENSOREAL : Por fin tenemos largo completo de nuestra favoritísima Rita Vian. Spoken word en forma de fado, juventud a raudales y hechuras de estrella del rap. A-do-ra-mos.
Andre Henriques - Leveza: Lo bueno de ser fan de Linda Martini es que, bien juntos o bien por separado, todos los años hay material nuevo. Aquí su solista, se desnuda como cantautor y añade a su imaginario sonidos desde África y Sudamérica redondeado un proyecto sensible y sensato.
PAUS - Paus e o caos: Mientras André Henriques se suelta, el batería de Linda Martini, Hélio Morais, vuelve a unirse a su otro proyecto con Quim Albergaria y entregan otro conjunto de canciones furiosas con una madurez que nos encanta porque se puede trasladar la rabia a una esfera distinta, más tropical y contenida.
April Marmara - Still Life: Desde su casa April ve la orilla del Tajo y eso se traduce en canciones portuarias, como si Bon Iver se hubiera ido a Cais do Sodré a ver pasar las horas en lugar de la cabaña aquella.
Frankie Chavez - Alcántara: Un genio de la Americana, Frankie ha pasado también a cantar en su lengua natal porque Arizona puede ser Alcántara. No pierde ni un poquito de su personalidad musical, muy marcada desde hace muchos años y de nuestras favoritas.
VEENHO - Lofizera: Lofi-zera, autoexplicativo, eh ¿? Powerpop de baja fidelidad y mucho mucho noise. Un rayito de sol este disco en el que a veces asoma J Mascis (que, por pelazo, podría haber sido portugués, claro)
Cave Story - Wide wall tree tall: El rock de Cave Story bebe de muchas fuentes: desde Car Seat Headrest a Kurt Vile. Sin embargo, son plenamente reconocibles como ellos mismos y eso tiene bastante mérito.
João Borsch - É Só Harakiri, Baby: Brilla la producción de este disco que pareciera la nueva sensación del pop británico de 2023 o 1973. Un Declan McKenna, unos Lemon Twigs salidos directamente desde Madeira. Déjate sorprender y arrastrar.
MARO - Hortelã: De la maldición de Eurovisión también se sale. Un par de discos después de su paso por el concurso, Maro da un paso hacia adelante con uno de los mejores discos del año, sacando todo su potencial pop y folk.
Falso Nove - Horta da Luz: Indies, sí, pero con cosas. Piensa un instrumento, un género, está en este disco. Una ensalada variada y equilibrada en la que aportan la luz que plantan en su huerta.
MAQUINA. - Dirty tracks for clubbing: De pie y aplaudiendo al marketing más viral y tróspido del año para los Máquina que, bueno, grupo de psicodelia rock, progresiva, que tocaron un martes en Paredes de Coura (pueblo) y la liaron de tal manera que sustituyeron a uno de los grupos que cancelaron en el festival, festival y, de repente, están en todos lados porque a base de ser unas ESTRELLAS sobre el escenario se están labrando el camino a pico y pala. No cantan, no bailan, no te los pierdas.
Carminho - Portuguesa: Carminho vino a revolucionar el fado canónico y vaya reina, macho. Te salen adoquines blancos bajo los pies, se te llena la boca de amarguinha y vinho verde al escucharla.
Sara Correia - Liberdade: Pero si no eres tan clásica y quieres fado + electrónica, lo tienes, de la voz que parece salir del inframundo de Sara Correia y su Liberdade.
Luís Sequeira - Ensaio sobre o Sequeira: Un disco de pop portugués bastante ecléctico, bastante fácil de escuchar y que contiene, SÍ, mi canción favorita de este año más allá de la frontera, este sideral ‘Toda a gente mente’.
Margarida Campelo - Supermarket Joy: No os extrañe que empiece a aparecer en los carteles de todos los festivales a ambos lados. La SZA portuguesa tropical. Diez de diez en proyección.
Hause Plants - Field trip to Coney Island: Pues bastante enfadada porque uno de nuestros grupos favoritos, reyes de la cara más oscura del dreampop luso hayan decidido que para 2023 con un EP de 5 canciones era suficiente. Spoiler: No, no es suficiente. Queremos más.
Francisco Fontes - Cosmopolita: Oboe, wurlitzer, percusión. Un disco de ¿jazz acústico? perfecto para una tarde tonta de lluvia, para pasar el frío de este invierno, para ver pasar gaviotas.
Conferência Inferno - Pós-Esmeralda: Ya quisiera Kevin Parker haber firmado alguna de las canciones de este disco que ees psicodelia, que es new wave, que tiene algo de postpunk, un portadón increíble y un puesto en esta lista.
Dispirited Spirits - The Redshift Blues : Si tu guilty pleasure son 30 seconds to Mars, quítale el guilty y quédate con el pleasure. Space rock, math rock, emo jazz. Caben un buen puñado de etiquetas.
Salvador Sobral - Timbre : Que Salvador Sobral sea ya una estrella consagrada no le quita mérito a la suavidad con la que sigue haciendo discos, sin parar. Prolífico, talentoso, pelazo, elegancia.
Siento ser pesada, pero ojalá 2024 sea el año en el que por fin apreciemos lo que tenemos al lado. En un país en el que, por ley, el 30% de la música que suena en la radio tiene que ser nacional y hay tanto, tantísimo donde elegir y con una calidad indiscutible, qué pena dejar pasar tanta canción. Pero para eso también esta esta turra que se despide hasta el año que viene, siempre más y mejor. Cuídate. Cuida de la Sanidad Pública.